octubre 29, 2008

Probióticos, prebióticos y alimentos funcionales



Los probióticos son bacterias residentes que forman colonias en el tracto gastrointestinal, vaginal y en la boca. Estas bacterias "amistosas" son la primera línea de defensa de nuestro cuerpo contra los microorganismos potencialmente dañinos que se inhalan o ingieren.

Alimentos probióticos son aquellos en los que existen microorganismos vivos con efecto beneficioso para la salud como el yogur, las leches fermentadas, el queso y otros derivados de la leche que, además de nutrir a quien los consume, colonizan el intestino modificando positivamente la flora intestinal y mejorando el funcionamiento del sistema inmune y, por tanto, la salud global del intestino.

Un alimento se considera probiótico si reúne los siguientes criterios:

  1. Ser inocuo y tener efectos beneficiosos.
  2. Mejorar el estado de salud disminuyendo y previniendo el riesgo de contraer enfermedades.
  3. Alterar, equilibrar y fortalecer la flora intestinal estimulando a la vez las defensas naturales del organismo.
  4. Ayudar a metabolizar los hidratos de carbono y a absorber las vitaminas en el tracto intestinal.
  5. Inducir efectos locales o sistémicos beneficiosos para la salud del huésped, más allá de los meramente nutritivos.

Los probióticos naturales se encuentran en la alimentación cotidiana en lácteos fermentados como yogures, leche y quesos, vegetales fermentados (aceituna, chucrut, soja, cereales) productos cárnicos, etc. También se usan en alimentos para lactantes para desarrollar o imitar el desarrollo de la flora normal de los bebés alimentados con leche materna.

Alimentos prebióticos Los prebióticos son sustancias no digeribles que tienen la propiedad potencial de mejorar la salud, ya que favorecen el crecimiento selectivo de cepas de bacterias intestinales no patógenas que pudieran tener un efecto probiótico beneficioso. Están presentes en vegetales y frutas como ajo, cebolla, puerro, espárrago, alcachofa, raíz de achicoria, tomates y el plátano. Los productos comercializados son preparados lácteos, bebidas, alimentos infantiles, galletas y panes. Los expertos recomiendan ingerir entre 2 y 6 gramos al día. Por este motivo se justifica que, además de consumir los alimentos citados, en casos concretos, se tomen productos que incorporen prebióticos.

Los beneficios de los pros y prebióticos se basan en tres mecanismos: ayudan a generar un ambiente hostil en el intestino para las bacterias nocivas, a reforzar el efecto barrera para que los gérmenes patógenos no puedan ingresar en el interior del organismo y a modular el efecto inmunológico. Los prebióticos estimulan la absorción de minerales (calcio, magnesio, cinc y hierro) y mejoran la mineralización ósea. Ambos componentes equilibran la flora intestinal incrementando la resistencia a las infecciones gastrointestinales. Aumentan la fagocitosis y los niveles de linfocitos tipo B.

Los niños con alergia a diversos alimentos se ven favorecidos con una mejoría de la dermatitis atópica, reduciendo la intensidad y duración de las lesiones. Además, los alimentos de estas características ayudan a la prevención y tratamiento de enfermedades como la diarrea, la intolerancia a la lactosa, las dolencias cardiovasculares, la diabetes y las enfermedades intestinales. Inhiben lesiones precursoras de adenomas y carcinomas.

fuente: ERNESTO SÁEZ PÉREZ

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